domingo, 29 de junio de 2008

Arena


Solo veia y escuchaba el eco del silencio, mientras muchos corrian en una sola dirección. Así empezo todo, porque así lo escribi. Es increible como duele el cuerpo al despertar, en una cama suave, bajo una gran ventana con cortinas rojas. Es increibe, pero duele el cuerpo.
Y quedar hipnotizada, viendo una pared amarilla, sucia, llena de dedos, tan proxima de mi nariz que no es imposible sentir su olor a pintura vieja.
¿Porque pensar tanto? ¿Para qué pensar tanto?
Aquella luz blanca que entra por la ventana, que nubla mi mente y no me hace respirar, que me dá dolor, y nacio de una nube...
Todo eso lo dibujo en lo amarillo de esa vieja pared, es como, un cine gratis, pero algo incomodo, con imágenes repetidas, muy rapidas, muy aburridas. Pero no puedo mudarlas, no puedo dejar de verlas. Pero me decidi....
En la calle donde vendi mi alma, en la calle donde robe tu beso tierno, todo quedará como los granos de arena, millones, millones, bajo el sol se quemarán mis recuerdos, millones de ellos.
En mi espalda, donde antes tenia tus manos tatuadas, la arranque arrastrandome por el asfalto de aquella calle, ya no existe diseño de tu recuerdo en mi memoria, solo un flash de vida, un ultimo suspiro, el eco del silencio.
La calle del infierno...
Puedo imaginar el sol, entrando por la ventana de hilo, en hilo, solo me resta levantar y seguir mi día.