martes, 10 de marzo de 2009

Ñajú


Un agujero dentro de mi cubículo, de él, la lluvia inventada que solo mi cabeza besaba, me hacia olvidar un poco del dolor.

Estoy, estoy esperando un vació eterno, dentro de mi propio abismo. Me sumerjo en los pensamientos, llenos de todo, vacíos de nada.

Empieza el dolor…

Empiezo a sentir el peso en mi base, en la base de mi cuerpo. Duele, duele y grito en mi silencio, todo es tan oscuro.

Veo mi sexo, veo mi abdomen, veo el sol en una mano y veo la luna en la otra. Ya no se en que pensar, no puedo levantarme, no puedo respirar, y de repente… el silencio.

Todo deja de existir, todo deja de… todo lo dejo así.

Por la grieta de mi cubículo, pasa el olor a ñajú. Ya es hora de salir.

Como en un milagro me levanto, y en cinco segundos, todo lo dejo a un lado, todo se hunde, se entierra, todo lo dejo así.

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