viernes, 28 de noviembre de 2008

Vida


A veces las pérdidas son terriblemente dolorosas, otras veces sencillamente son un inocente adiós. El crecimiento de las actitudes humanas, y la aceptación por situaciones naturales, como la muerte, es más que un proceso, es un desprendimiento meramente físico, y obviamente memorable, pues las cosas quedan hasta su punto final.
Aunque quisieras volverlo a oír como algo tan presente como la vida tuya misma, será algo imposible, y saber que no puedes hacer nada… nada de nada… de nada, te hace ser una nada.
El proceso natural, no lo podemos adelantar querido(a)… ¿Verdad?

1 comentario:

TrasTera dijo...

Y el recuerdo es un engaño, no es volver a vivir, sino no dejar de sangrar nunca.

Gracias por asomarte a mi balcón y descubrirme tus hilos de luz. Me ha encantado.

Un abrazo!